MOOCs: el problema de las tasas de graduación

Desde su génesis en el 2012, los MOOCs (“Massive Open Online Courses”) han recibido críticas de parte del mundo académico por sus tasas bajas de finalización o “graduación”. De acuerdo a un informe citado por la revista EdSurge, entre un 5 y 15% de los estudiantes en línea terminan los cursos y reciben sus certificados. Los críticos de los MOOCs utilizan estos datos para probar la ineficiencia de este nuevo movimiento educativo.

Estas críticas son dañinas a la reputación de los MOOCs, además de ser superficiales, ya que no toman en cuenta otros aspectos como la calidad del contenido, la cantidad de estudiantes participantes y el número de visitas a las páginas de los cursos, etc. Tales elementos son esenciales al evaluar la validez de los programas académicos en línea. Por otro lado, muchos diseñadores instruccionales han hecho avances en los diseños de las clases en línea, de tal forma que pueda ofrecérsele al estudiantado una experiencia de aprendizaje más completa y efectiva.

Entonces, ¿qué medidas se pueden tomar para asegurar que más estudiantes completen los cursos en línea? La educadora Amy Ahearn intenta responder a esta pregunta en el artículo “Moving From 5% to 85% Completion Rates for Online Courses”, publicado, por EdSurge. Ahearn propone ideas y estrategias que, si son aplicadas, pueden aumentar las tasas de finalización de un 5% a un 85%. A continuación se esbozan sus siete sugerencias:

Existen varias estrategias para que el estudiante muestre un gran compromiso para completar el curso desde el principio. Una de las estrategias más utilizadas es establecer una cuota; cuando los estudiantes tienen que pagar para tomar el curso, se aumenta la probabilidad de que finalizen el mismo.

No obstante, hay otros pasos que se pueden tomar, como implementar una matrícula selectiva a través de las solicitudes. Ahearn da varios ejemplos, como escribir un ensayo donde el estudiante reflexione sobre cómo utilizará lo aprendido en el curso en su vida, o pedir que el estudiante envíe cartas de recomendaciones. Si el MOOC se presenta como selectivo, es más probable que el estudiante pueda ver y apreciar el valor del mismo.

Se puede establecer una fecha límite al curso y al contenido educativo que ofrece. Si el curso está disponible indefinidamente, es poco probable que el estudiante acceda al mismo, aunque esté pagando. Al introducir un sentido de urgencia, es más probable que el estudiante acceda al curso y lo termine.

Los cursos en línea usualmente permiten que los estudiantes aprendan a su propio paso (aprendizaje asincrónico), pero Ahearn sugiere que los cursos tengan elementos sincrónicos (por ejemplo, eventos “en vivo”, como laboratorios u horas de oficina) para ayudar a los estudiantes a mantenerse enfocados y atentos. Se pueden utilizar plataformas como Facebook Live, Slack y WhatsApp, entre otros para llevar a cabo estos eventos. Además de ayudar en el enfoque del estudiante, estos elementos sincrónicos también crean un sentido de comunidad entre ellos.

El trabajo en equipo puede ayudar a los estudiantes a mantenerse comprometidos con sus estudios, ya que los alumnos se responsabilizan entre ellos mismos y crean ciertas expectativas de sus compañeros. Sin embargo, uno debe estar consciente de cómo se divide a los estudiantes y por cuánto tiempo. Ahearn menciona que colocar estudiantes al azar muchas veces funciona para proyectos solitarios. Si uno desea dividir a los estudiantes en equipos por la mayoría del semestre, debe permitir que los mismos estudiantes escojan quiénes estarán en su equipo. Mientras más autonomía tenga el alumno en esta situación, mejor serán los resultados.

Muchas veces, los estudiantes de los MOOCs no reciben comentarios acerca de sus trabajos y proyectos dada la cantidad de contenido que el profesor detrás de la pantalla tiene que corregir. Esto puede causar que el alumno se sienta insatisfecho con sus trabajos y que su motivación baje. Esta falta de receptividad se puede combatir con asistentes de profesores o gerentes de programas que se dediquen mayormente a tener diálogos más individualizados y a discutir los trabajos y proyectos con los estudiantes.

Se requiere mucha disciplina y motivación de parte del estudiante para completar un curso en línea. Una forma de asegurar que el alumno mantenga esta motivación a través del curso es ofrecer incentivos y recompensas por su desempeño. Estos incentivos pueden ser monetarios, como ofrecer fondos al proyecto ganador al final del curso, u ofrecer productos o servicios que ayuden a los estudiantes a seguir desarrollándose como profesionales después de culminar la clase.

La mayoría del estudiantado de los MOOCs tiende a ser adulta, ya que los cursos en línea les da más libertad y control sobre sus horarios, sin que su trabajo se vea afectado por su educación y vice versa. Por tal razón, una forma de optimizar los MOOCs es diseñarlos de tal manera que se puedan completar otros de sus proyectos y tareas durante el horario del curso.

Ahearn advierte que no necesariamente estas sugerencias aplican a todos los cursos en línea. Por ejemplo, no todos deben brindarse a base de cuotas o fijárseles un costo. Afirma que los cursos gratis y abiertos son esenciales para que los aprendices puedan experimentar y descubrir sus áreas de interés y los temas que más los benefician. Además, este tipo de oferta permite que exista un rincón dentro del mundo académico donde uno pueda adquirir conocimiento de forma gratuita.

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18 de junio de 2019

MOOCs: el problema de las tasas de graduación

Reseñado por: Paula Ayala López

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