Los MOOCs (“Massive Open Online Courses”) fueron creados originalmente con la intención de llenar un vacío en el mundo del aprendizaje, donde la educación accesible y asequible era escasa. Incluso, en un mundo donde las personas interesadas en educarse pueden verse limitadas por su situación económica, los MOOCs buscaban romper con este esquema e introducir una alternativa nueva y confiable que ofrezca una educación de calidad a un precio menor. Sin embargo, este deseo de democratizar la educación no parece haberse cumplido. En un artículo publicado en la revista EdSurge, Taskeen Adam alega que existe una monopolización de los MOOCs que está causando que se limite el acceso al aprendizaje. Para justificarlo, la autora presenta tres puntos principales:
Coursera, EdX, y FutureLearn son algunos de los MOOCs más dominantes en la industria; estas plataformas son producidas en EEUU y en Europa, y esto es uno de los primeros problemas con la monopolización de los MOOCs. Los modelos educativos de estas plataformas usualmente son influenciadas por los lugares en donde son producidas. Cuando los modelos se producen en áreas occidentales, ofrecen conocimiento que es limitado a la cultura occidental, y por tal razón, el conocimiento de otros lados del mundo cae en un segundo plano.
El lenguaje también presenta otro límite para los alumnos de los MOOCs: la mayoría de ellos son producidos en inglés. Esto excluye a una gran cantidad de posibles alumnos que no pueden participar de estos servicios dada la barrera lingüística, y esto a la misma vez excluye el conocimiento que se podría adquirir de comunidades que no tienen el inglés como un idioma principal. Los MOOCs tienen la capacidad de ofrecer servicios educativos a nivel global, pero esta monopolización lingüística drásticamente limita su alcance.
¿Cómo nosotros evaluamos qué tipo de conocimiento es válido y qué tipo de conocimiento es descartable? Esto lo aprendemos mayormente mediante la educación; nos enseña cómo analizar y decidir la validez del conocimiento. Sin embargo, cuando los MOOCs son mayormente centralizados en la epistemología occidental, y limitados a un solo idioma que pretende ser el idioma “universal”, ¿cuán limitada termina siendo nuestra definición de conocimiento? Por esto, es importante considerar el papel que juegan otros territorios no occidentales en la educación en línea internacional, y cómo pueden aportar a la misma.
Los MOOCs son un espacio en línea que permiten la creación de una educación variada, extensa, y global. Para lograr esto, se debe tener conciencia de la monopolización que existe actualmente en la industria de los MOOCs y procurar desmantelarla. Así, los grupos marginados por esta ausencia de democracia educativa pueden recibir una educación en línea accesible. Además, esto permite que se expanda el contenido educativo para que incluya diferentes puntos de vistas intelectuales, sociales, culturales, etc. Esto se debe hacer con el fin de ofrecer una educación más abierta, más variada, y más inclusiva.
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